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jueves, 3 de noviembre de 2016

Guardiola y el Fantasma de Messi

En el fútbol actual, pocas cosas provocan más morbo que ver a Guardiola enfrentando a Messi o a Mourinho. Tanto los admiradores del técnico español como sus más feroces detractores, están al pendiente de estos juegos para seguir alabándolo o reventándolo en su era “Post Barça”. Los que lo defienden, no sólo creen que es el mejor técnico de todos los tiempos y que revolucionó el mundo del fútbol, sino que también ayudó a Messi a encontrar la posición que lo consolidaría como el mejor futbolista del mundo. Los que no están de acuerdo con esto, tratan de minimizarlo argumentando que Pep tuvo la fortuna de dirigir al mejor equipo de todos los tiempos y que mover al argentino fue algo obvio que ya muchos se habían atrevido a decir pero que al le tocó hacer porque era el técnico en turno. Lo que es un hecho indiscutible, es que aquel Barcelona con Guardiola y Messi logró el “sextete”  del 2009, hazaña que parecía imposible y que nadie más ha podido alcanzar hasta ahora.

Tras la salida del equipo culé y luego de un periodo sabático que duró casi cinco años, Guardiola regresó al banquillo como timonel de un Bayer Munich que acababa de ganar un triplete en esa temporada (Champions League, Bundesliga y Copa de Alemania) con Jupp Heynckes. Sus seguidores creyeron que el mundo estaba por presenciar otro sextete y que serían testigos de un súper equipo teutón que destrozaría a todos sus rivales. Pero no fue así. Tres temporadas después y tras cientos de millones de euros invertidos para reforzar hasta la banca, había batido records de toda clase pero no consiguió llegar a otra final de la Champions League e incluso fue goleado y humillado en sus duelos de semifinal cuando enfrentó al Barcelona y al Real Madrid. Sus números eran contundentes, pero para sus detractores, la única razón por la que no levantaba otra Orejona era que ya no tenía a Messi para que le resolviera sus carencias y le hiciera la tarea. En su estadía por Alemania, algo parecía no ir bien a nivel extra cancha. En más de una rueda de prensa respondía a las preguntas venenosas con recriminaciones a sus propios jugadores y hacía comparativas muy poco atinadas si lo que se quiere es mantener un ambiente sano en el vestuario. De tanto en tanto se filtraban comentarios y descontentos de sus jugadores hacia él y la crítica constante y paternal de Beckenbauer desaprobaba su estilo de juego. Meses antes de que terminara su contrato con el Bayern Munich, era más que obvio que no renovaría, y decidió cambiar de aires para iniciar una aventura en la Premier League como técnico del Manchester City.

Ahora que está de nuevo en la misma liga que Mourinho, el aficionado de antes insiste en encender la vieja rivalidad con el técnico luso en el torneo y copa local y conformarse con esperar a la Champions League para ver los duelos ante Messi. El primer enfrentamiento con el argentino, tuvo lugar el 19 de octubre del 2016 en el tercer juego de la fase de grupos. Aquella noche, Pep quiso ganarle al Barcelona jugando como el Barcelona pero se llevó una sorpresa y el partido terminó con un 4 a 0 en contra que debió de haberle provocado pesadillas. La prensa se le fue encima, más de un fanático vitalicio se pasó al bando de los detractores y en la opinión general se auguraba que en el siguiente partido contra el Barcelona –a dos semanas de distancia- la historia se repetiría; pero a muchos se les olvidó que en el fútbol también hay revanchas.

El 1 de noviembre del 2016 –a dos días de escribir esto- el duelo entre el Manchester City y el Barcelona fue el partido más atractivo de la fase de grupos de la Champions League, no sólo por el poderío individual y comercial de cada escuadra sino por el morbo de ver caer a Guardiola una vez más ante el equipo y el jugador con el que lo había ganado todo. Las cosas empezaron mal para los Citizens, y Messi se encargó de abrir el marcador como un deja vu del capítulo anterior. Pero lo que pasó a continuación fue nuevo. Contrario al estilo de juego que caracteriza a los equipos del técnico español, el Manchester City renunció a la posesión del balón, tiró a la basura eso del tiki-taka y se dedicó a lanzar latigazos y a esperar errores de la zaga blaugrana. Al final todo le funcionó y con un 3 a 1 venció a su verdugo personal y le alcanzó para mandar un mensaje esperanzador a sus más fieles seguidores de que una tercera Champions League es factible y que será el acto que dejará sin armas a sus detractores, la hazaña que lo legitimará como técnico sin Messi aunque en esto de convencer a todos nunca se sabe.

Bonus: Messi le ha hecho seis goles a los equipos de Guardiola en las cuatro ocasiones en que se han enfrentado. Pep sólo le ha ganado una vez al Barcelona.


Posdata: Luego del triunfo del Manchester City, la noticia principal fue que Guardiola traicionó su propia filosofía y estilo de juego. El tema de la venganza momentánea o la proeza de desarmar al Barcelona quedaron en segundo plano.

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