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lunes, 24 de octubre de 2016

La Aventura de Leer Crónicas Marcianas

En este libro de relatos de ciencia ficción se narran las distintas expediciones para la colonización del planeta Marte. Ambientado en el periodo futurista de 1999 al 2026 (el libro fue publicado en 1950), Ray Bradbury describe de manera cronológica los viajes al planeta rojo y los intentos de la humanidad por replicar una sociedad parecida a la de la Tierra.

Aunque en el libro no abundan las descripciones tecnológicas arriesgadas, supone un hito para una época que aún no ha llegado a la luna pero que ya sueña con la posibilidad de los viajes interplanetarios y la exploración espacial. Más que una apuesta para anticiparse a inventos innovadores avanzados, el autor prefiere enfocarse en las condiciones del hombre y pone de manifiesto la capacidad innata que tenemos para joder las cosas, el vacío que producen las perdidas, los miedos y las obsesiones que todo lo transforman, la incomprensión hacia lo desconocido, el poco respeto por otras culturas y razas, la crueldad y el sinsentido de la vida; y para ello usará la arena, las montañas y las ciudades de Marte como escenario (los pocos relatos ambientados en la Tierra tienen como propósito la salida del planeta o el reflejo de su destrucción); y serán los marcianos y los terrícolas los actores principales que irán cediendo su protagonismo al otro conforme avancen las páginas del libro.

Los marcianos de Bradbury tienen ciertas similitudes con el hombre, características que parecieran estar presentes no sólo en nosotros sino en todas las criaturas del universo. Aunque son de tez parda, de ojos rasgados y amarillos, con la capacidad de comunicarse por telepatía y cambiar de forma física, no son tan grotescos ni diferentes a una silueta humana y son seres sencillamente complicados, compasivos, contradictorios, y en ocasiones inocentes o despiadados.

En la edición de Minotauro hay un prólogo nostálgico de Borges –el escrito original fue subastado en 2015- de apenas un par de páginas que son como un guiño para el lector de ciencia ficción y literatura fantástica. Ya desde el primer relato nos damos cuenta que el autor no se va a detener en tecnicismos astrofísicos ni ciencia aeroespacial, sino que se abandonará diligentemente a la imaginación.

Las primeras expediciones son fallidas desde el punto de vista diplomático o conquistador, pero incluso en las victorias posteriores, pareciera por el tono y el aire derrotero que impregna cada relato, que algo se pierde cuando se gana y que nada es inmune al desgaste del tiempo.
Hay pasajes sacados de escenarios y situaciones comunes, como la relación entre el señor y la señora K que no dista mucho de la rutina y el desencanto de la vida conyugal cuando la monotonía llega para quedarse. Vemos en la negación, el encarcelamiento y la opresión de un sicólogo marciano, las medidas para enfrentar lo que no comprendemos y los cambios a los que nos enfrentamos. El odio racista se pone de manifiesto cuando los habitantes de raza negra de la Tierra deciden abandonarla para buscar en otro planeta el respeto y la libertad que nunca tuvieron en el suyo. Inocentemente pero comprensible (sic), una tripulación se deja engañar para vivir la recreación de un pasado añorado. En otro relato, Jeff Spender es el arquetipo del conquistador romántico que asqueado de la condición humana, se vuelve contra ella en pos de los conquistados. Hay un dialogo existencial entre Tomas Gomez y Muhe Ca que abarca el tiempo, las perspectivas, la historia y la trascendencia del ser. El dolor de un pueblo entero por sus seres queridos que ya no están, moldea a un marciano que se derrite incapaz de complacer a todos. Las expectativas no satisfechas de Walter Gripp lo harán emprender una vida de nómada en un planeta casi desierto y emulará el peregrinaje que hacemos para escapar de las cosas que nos causan pavor. Un enamorado de la literatura construye una réplica de la casa Usher y en ella se representan otros cuentos de Poe para deshacerse de los verdugos del arte y la cultura moderna (aquí hay atisbos de lo que sería la temática de Fahrenheit 451 en la prohibición de los libros por un organismo regulador y el papel de los bomberos en aquella labor exterminadora). El oportunismo mercantil estará presente en las premoniciones de un vendedor de maletas. Una familia robot seguirá existiendo luego de que su inventor muera. El afán colonizador irá decayendo y el planeta rojo poco a poco irá quedando desolado. Conforme se acerca el final del libro, la Tierra se encuentra devastada por la guerra y sus consecuencias radioactivas, pero también hay una luz de esperanza en un padre que escapa del planeta con su familia para aterrizar en Marte con la finalidad de empezar de cero para convertirse en la nueva raza marciana.

Aunque la sencillez tecnológica y la omisión de factores clave para colonizar el planeta rojo quedan de manifiesto en la ciencia actual y la de las próximas generaciones, el verdadero mensaje, el que está de fondo, será el mismo y permanecerá vigente con el tiempo.

Según Elon Musk, la misión para colonizar Marte comenzará en el año 2022. ¿Cuánto tiempo tardaremos en convertirlo inhabitable?


“Es bueno recuperar nuestra capacidad de asombro”, Ray Bradbury.

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